¿Por qué cambiar procesos en planta es tan difícil?

¿Por qué cambiar procesos en la fábrica es tan complicado?

Romper el status quo es uno de los mayores retos en cualquier operación. No porque falten ideas, sino porque muchas veces cuestionar lo establecido se interpreta como una amenaza personal, no como una oportunidad de mejora.

He trabajado en más de 15 posiciones a lo largo de 23 años en operaciones en Latinoamérica. Y hay algo que se repite con frecuencia inquietante: procesos que llevan años ejecutándose igual, sin que nadie los cuestione. Pero cuando alguien lo hace, aparece la frase de siempre:

“Venga le explico... porque usted no entiende cómo es aquí.”

Muchas veces no se está defendiendo el proceso, sino el poder que hay detrás de ese proceso. Por eso, cambiar algo pequeño puede sentirse como una pérdida personal, aunque sea evidente que ya no funciona.

¿Por qué cuesta tanto cambiar lo conocido?

En su libro Thinking, Fast and Slow, Daniel Kahneman no se refiere explícitamente al “sesgo de status quo”, pero sí explica un fenómeno central que lo alimenta: la aversión a las pérdidas.

En contexto operativo, esto significa que el solo hecho de cambiar algo aunque sea para mejorar, activa un temor inconsciente a “perder” control, estabilidad o reconocimiento. Es más cómodo sostener lo conocido, aunque esté desactualizado, que asumir el riesgo emocional (y profesional) de cambiarlo.

Esta resistencia se amplifica con otro sesgo que Kahneman llama efecto de dotación: una vez que alguien “posee” una idea o un proceso, tiende a sobrevalorarlo solo por ser suyo.

Nos leemos la próxima semana,

Javier

Para profundizar…

• Cómo convertir la resistencia al cambio en una oportunidad para fortalecer la organización.

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